sábado, 7 de septiembre de 2013

Italo Calvino - El Barón Rampante

¿Si se le hubiera dado a elegir a Tarzán, entre una vida comodona en la “civilización”, o ser el “rey de la selva”, qué hubiera elegido? No lo sé, pero el Barón Cósimo Piovasco de Rondó, eligió que, la vida, la pasaría en los árboles.


Esta decisión toma por sorpresa al lector (al que no ha hecho trampa, al que no ha ido leyendo resúmenes chapuceros por ahí) hasta podría resultar intolerable el argumento planteado, ¿mantener un personaje, que en un determinado momento, tiene el prurito de vivir sólo en los árboles, para toda su vida? Pero es por eso mismo que te atrapa. Cómo resolverá sus necesidades, desde las más básicas, pasando por el amor y su crecimiento intelectual.

Porque el Barón Cósimo que tenía 12 años -aún no ostentaba ese título, lo heredaría después de su padre-  cuando toma esa decisión, no se aparta totalmente de su familia ni de su entorno, al contrario, interactúa más con ellos desde lo alto de sus árboles. En un breve primer capítulo, se nos presenta magistralmente a la familia del barón Cósimo, perteneciente a una familia de rancio abolengo pero en decadencia.


Y es que cada miembro de la familia Piovasco de Rondó, vive encerrado en su manía y obsesión, sus usos y costumbres de familia noble demodé. Una vida que el joven Cósimo rechaza, y entonces decide autoexiliarse, y nos resulta tan lógico, que hasta uno desearía acompañarlo…

No hay comentarios: